La técnica AMIC y el ICC ¿se pueden comparar?
Durante la I Jornada de Cartílago Articular, los asistentes visionaron dos videotécnicas, una en la que se mostraba la técnica AMIC (la cual, consiste en “rellenar” la lesión del cartílago con una membrana) y otra que enseñaba la técnica ICC, presentados por el Doctor J.A. Rubio Torres y la Doctora Isabel Guillén de Clínica CEMTRO, respectivamente. Tras terminar los vídeos, se abrió una mesa de debate en la que el público y el resto de moderadores pudo realizar sus preguntas.
El primer asunto que se debatió es si la técnica ICC supone una dificultad tal que no la puedan practicar todos los cirujanos artroscopistas, sino que se requiriera un conocimiento específico para ello. A lo que la doctora contestó que se trata de un procedimiento sencillo: “más sencillo que un ligamento cruzado”, aseguró.
Aunque es cierto que la intervención quirúrgica para realizar el implante tiene “ciertos trucos”, Guillén no dudaba en afirmar que, para los profesionales que comienzan a realizarla, es preferible que la primera vez acudan solo como observadores, a la vez que se les enseñala forma de colocar el implante. “Después, lo demás es suturar y elegir la vía de acceso”, añadía la traumatóloga.
Para refirmar la sencillez mecánica del ICC y en referencia a su colega, el Doctor Rubio Torres, Guillén indicó que “la técnica quirúrgica es la misma que en el AMIC, la diferencia está en el uso o no uso de células”.
El ICC, una técnica «hight level»
Una vez resuelto el primer punto del debate, los moderadores, dirigiéndose primero al Doctor Rubio Torres le preguntaron por su experiencia con las terapias celulares y a ambos traumatólogos se les planteó si existían diferencias en la recuperación del paciente según se usaran células o no.
El Doctor Rubio Torres contestó que no tenía experiencia en terapias celulares y que, por lo tanto, no lo podía comparar. La Doctora, por su parte, aclaró que no existen estudios comparativos entre ambos métodos y que la técnica ICC es “hight level”, es decir, no todo el mundo tiene acceso a realizar el cultivo de células.
Los propios hospitales, para poder realizar el implante de condrocitos autólogos tienen que recibir una acreditación procedente de la Agencia Española del Medicamento, dado que las terapias celulares están consideradas un medicamento. “El tejido que obtenemos es bueno, de variedad hialina con colágeno tipo 2” mantenía la traumatóloga. “En la técnica AMIC se coloca una membrana y se forma fibrocartílago”, destacó la doctora, para aclarar la imposibilidad de comparar ambos métodos por resultar tan diferentes.
A continuación, uno de los moderadores preguntó a la Doctora Guillén por el uso de Tissucol (un sellador utilizado en las intervenciones quirúrgicas) para la sutura del injerto de cartílago. “Lo dejamos de usar por recomendación de los biólogos”, respondió Isabel Guillén.
Tal y como aseguró Isabel Guillén, el Tissucol contiene fibrina, por lo que, en opinión de los científicos, la película selladora que genera podría comportarse como “un plástico” que disminuiría la señal entre el hueso subcondral y las células colocadas. La doctora Guillén, quien hizo referencia a su padre, el doctor Guillén, considera que la comunicación entre el cartílago y el hueso subcontral es muy importante y, por ello, prefieren no interferir en ella. Esta es la razón por la que no se usa Tussicol en las intervenciones de implante de cartílago.
¿Artroscopia o vía abierta?
El debate continuó con el siguiente asunto: ¿se aprecia diferencias entre la recuperación de un paciente intervenido por artroscopia y otro operado por vía abierta? La Doctora Guillén se apresuró a contestar que la principal diferencia se apreciaba a corto plazo, pues el postoperatorio es más duro para el paciente intervenido por vía abierta. “Los primeros días sufre más dolor, molestias, dificultad en la movilidad, inflamación…” explica Guillén. Pero ella misma aseguraba que los pacientes, pasado un año de recuperación tras el implante, presentaban la misma situación, por lo que el tipo de intervención no afecta, a largo plazo, en la recuperación del paciente. “Sea por artroscopia o no, lo importante es hacerlo bien. Sobre todo, cuando se empieza a operar es importante hacerlo vía abierta para mayor seguridad”, concluyó la traumatóloga.
¿Merece la pena el implante de condrocitos frente al AMIC?
Para finalizar, una de las preguntas del público reabrió la cuestión acerca de la comparativa entre AMIC e ICC : en este caso, en referencia a sus precios. “¿Creéis que merece la pena continuar con vías complejas, como el cultivo de condrocitos cuando con la membrana obtenemos, al parecer (no existen estudios comparativos), los mismos resultados a menor coste?”, preguntó alguien entre el público.
La doctora respondió que sí merece la pena el cultivo de condrocitos autólogos declarando: “las células forman tejidos y los tejidos, órganos, por lo que la célula es fundamental”. Guillén aseguró que ella “cree más en las células que en la membrana”, aunque esta sea una técnica efectiva y comprobada. “La membrana no es tan barata comparado con nuestro método, si tenemos en cuenta que el injerto supone la extracción de células autólogas del propio paciente, el cultivo de los condrocitos, el implante…” aclaraba la doctora.
Finalmente, la Doctora Guillén clausuró la mesa redonda tras exponer su intención de realizar, junto con otros expertos, una comparativa de resultados entre la técnica AMIC y el implante de condrocitos.